top of page
Search

SI SUELTAS, CORRES EL PELIGRO DE QUE TU EGO SE MUERA DE HAMBRE

Updated: May 28, 2018


Soltar, dejar ir, es uno de mis mayores aprendizajes... Yo soy personalidad 4 y el alimento de mi ego es la nostalgia, soltar es para mi, una de las cosas más difíciles de hacer.


Para mi es casi imposible, abrir las manos y dejar que las cosas fluyan, que todo tome su cauce natural, sin querer forzar, sin tener miedo a lo desconocido, sin añorar...

Cuanto puto daño me ha hecho la añoranza. La añoranza, es una adicción al pasado, a las "épocas" mejores, nos volvemos selectivos recordando y solo recordamos lo bueno de la situación, lo difícil lo olvidamos como por arte de magia...


La añoranza podría traducirse así: "Todo tiempo pasado, fue mejor". Como me caga este dicho, y me caga en todos los sentidos, porque en mi mente, muchas veces lo pienso y no solo lo pienso, LO CREO!


La añoranza, no nos permite vivir en este momento, es una cortina de humo, que no nos deja ver lo que está sucediendo en el ahora, nos desconecta de lo que está pasando y nos mantiene en un estado de nostalgia crónica, enfermiza.


Ese apego a lo pasado, tiene un lado muy oscuro, no solamente nos aparta del presente, sino que también nos mantiene en una comparación permanente, entre el pasado y el presente. En la añoranza, todo lo vivido fue "perfecto", o por lo menos, así lo recordamos, entonces lo que tenemos al frente simplemente falla por defecto, al ser comparado con el "maravilloso" pasado que idealizamos. Por esta razón, vivimos desconectados de las maravillas que la vida nos ofrece día a día, nos desconectamos de las personas que nos aman, del lugar donde estamos viviendo, de la situación de vida que estamos atravesando.


Mi familia vino a visitarme la semana pasada a la Florida, donde vivo, estuvieron aquí una semana. Disfruto enormemente cuando ellos vienen, me encanta tenerlos cerca, el sentido de unión, camaradería y amor que siento alrededor de ellos es mágico e incomparable.


Esta vez, ellos se quedaron en un hotel y yo estuve con ellos quedándome en el hotel toda la semana. Hoy se fueron y me quedé sola, presa de una profunda nostalgia. Así, triste y con desgano, estuve mediocremente trabajando en el computador por 2 horas, decidí parar y me senté en el balcón, pude sentir la suave brisa de primavera y noté que no estaba haciendo calor como normalmente sucede en esta época del año, también me di cuenta, que en lugar de apreciar el movimiento cadencioso de las hojas de los arboles, el perfecto cielo azul sin una sola nube y el radiante sol de esta tarde de Mayo, mi corazón estaba montado en un avión camino a Colombia...


Soy consciente de cuando entro en ese estado, puedo observar como mi cuerpo cambia y mi estado de ánimo se altera, me vuelvo sombría y distante, la nostalgia toma el control y me pierdo en el vasto e inalcanzable pasado. Hoy fui especialmente consciente del cambio, pude observarlo y notar todos sus matices. Me di cuenta que estar asi no tenía ningún sentido y decidí hacer una pausa, una reflexión, usar mis herramientas.


Haciendo acopio de lo que he aprendido, me pregunté a mi misma, Giovanna, que está pasando en este momento? Que sientes en tu piel en este momento? Que escuchas en este momento? Que ves? Y mientras respondía cada una de las preguntas, una sensación de paz me llenó toda. Volví a entender que la felicidad y la perfección están en este momento, que nada me hace falta cuando estoy conectada con lo que está pasando, que mis 5 sentidos se activan cuando estoy completamente sumergida en este instante... Y recordé nuevamente que la felicidad no se vive en pasado, que la añoranza es la herramienta del ego que no me deja soltar, porque necesita el alimento de la nostalgia. El ego vive de los apegos, cree que todo le pertenece, que puede controlarlo todo. Tiene un apetito insaciable, necesita lo conocido, tiene miedo al cambio, cada vez que queremos soltar, se siente amenazado, por eso es tan difícil hacerlo.

A pesar de lo vivido hoy, le agradezco a mi ego, le agradezco, cada una de estas experiencias de nostalgia, añoranza y tristeza, porque me ayudan a recordar lo que ya sé, lo que es esencial; hoy nuevamente recordé, que solamente necesito estar en presencia para ser feliz!


La felicidad, no es un sustantivo, es un verbo en presente.


277 views0 comments

Recent Posts

See All
bottom of page